El enoturismo crece año tras año en nuestro país
Las visitas y gasto ligados al enoturismo crecen cada año, pero el sector se enfrenta aún a retos como una mayor profesionalización y articular una oferta nacional bajo la “Marca España”. Este último punto es algo clave para que pueda competir con EEUU, Francia, Portugal, Italia, Chile, Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica. Este pasado domingo 13 de noviembre se celebró, como cada año desde 2009, el Día Europeo del Enoturismo, una iniciativa de la Red Europea de Ciudades de la Viña y el Vino. Desde esta red conocida como Recevin se reivindica esta actividad con un amplio abanico de conferencias, conciertos, visitas a bodegas y viñedos, catas o exposiciones, organizadas por cada ruta.
En el año 2015 se creó la Asociación Española de Enoturismo, AEE, para solventar debilidades y posicionar el sector como “Marca España”. Asociación que está en una fase emergente y que tiene un gran potencial de crecimiento según explica su presidente, José Antonio Vidal. Sólo en EEUU y Centroeuropa hay más de 96 millones de visitantes que aportan a las bodegas, de media, el 20 por ciento de sus ingresos, pero en España la situación es bien distinta. Este tipo de iniciativas comenzó a finales de los 90, pero a juicio de José Antonio Vidal carece de posicionamiento internacional digno de un país que reúne la triple condición de ser potencia mundial en turismo, vino y gastronomía.
Como debilidades, hay una oferta segmentada, cuando el mercado exige unidad y especialización, sin una marca que le represente, sin un público objetivo enfocado, con un producto obsoleto y sin una estrategia que desarrolle sus potencialidades en un nuevo modelo de negocio centrado en el nuevo cliente. El presidente, José Antonio Vidal, también echa en falta la inclusión de la gastronomía en las visitas y en el conjunto de la experiencia. Y valora la tendencia moderada al alza en visitas y gasto medio en España, si bien los incrementos porcentuales sobre cifras ya de por sí bajas, no dejan de reflejar resultados deficientes, en términos absolutos.
Según sus datos, 2015 fue el mejor año desde que hay registros, pero de un total de más de 68 millones de visitantes de otros países el enoturista extranjero apenas representó un 0’7 por ciento. Con 227 millones de movimientos turísticos sólo 2’25 millones fueron a destinos ligados al vino, menos del 1 por ciento del total, muy lejos de potencias como Francia que contó con 24 millones. Estos datos nos sitúan a la cola de los países líderes, especifica el presidente de esta Asociación, que se ha propuesto conseguir un “Pacto Nacional por el Enoturismo”, liderado por las administraciones central y territoriales, asociaciones y empresas.